miércoles, 29 de enero de 2014

Con mi pololo nos conocimos por internet.
Me carga decirlo así por qué toda la gente piensa que me metí a esos chat rooms para buscar pareja y así nos encontramos. No es que eso tenga nada de malo, pero la gente te mira como que hubieras comprado de esas novias nórdicas en línea. 
Hace casi dos años, recibí un inbox en Tumblr, no fue el primero que recibí, pero si debe haber sido como el tercero. La verdad es que nunca consideré esa plataforma como una para conocer gente. El inbox decía "Me encantó tu blog :)". Eso. Nada de "que eres linda" o "me gustaría conocerte". No creo que pensara en la persona detrás de la pantalla, solo encontró mi blog, lo ojeó, y le gustó lo suficiente para mandarme un mensaje. Revisé el suyo, tenía los mismos posteos que yo; gatos, pizza, imágenes de los Beatles. "Y a mí el tuyo, parece que tenemos gustos parecidos". Y así iniciamos una correspondencia virtual por meses, hasta que decidimos conocernos.
El resto supongo que lo imaginan, el vivía en Conce y se vino a vivir a Santiago un poco después de que nos pusimos a pololear. 
Hoy, un año y medio despúes, seguimos mandándonos inbox por Tumblr y varias veces he estado a punto de escribirle a Nev de Catfish para contarle que algunas historias que empiezan en internet terminan bien.

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