No viniste a mi con menta y laurel,
ni con chocolates de juguete,
ni flores de papel;
viniste con el sol en la sonrisa,
con el viento en los ojos,
con gritos en las manos,
y me tuviste,
así de simple,
sin quererlo tú ni yo,
me tuviste y me tienes,
y no creo que ninguno de los dos
sepa con certeza como sucedió,
viniste en un tornado que dejó girando a mi corazón confundido,
que dejó mareado a mi corazón aturdido…
tal vez por eso te fue tan fácil robarlo.
No viniste con promesas,
ni con cursilerías y frases hechas,
ni cumplidos ni clichés,
pero tu voz me engañó con la verdad,
con una sinceridad verde clara,
áspera, atrevida…
y me tuviste…
y me tienes
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